La psicopatía no es un trastorno mental sino un trastorno de personalidad. La base puede ser la ruptura entre la razón y la emoción. No es una enfermedad mental ya que la persona que tiene psicopatía no sufre delirios, ni ansiedad, ni alucinaciones, ni angustia.
Se caracterizan por la ausencia de remordimientos y sentimientos de culpabilidad, incapacidad de establecer relaciones afectivas con los demás y de una falta de empatía. Controlan totalmente toda la realidad y utiliza las mentiras y la manipulación para conseguir sus propósitos y metas. Es una persona lógica y racional que sabe distinguir entre el bien y el mal, pero que no siente lo que hace ya que no tiene conciencia.
Los psicópatas son personas frías que no procesan las emociones. Un error frecuente es creer que todos los psicópatas son asesinos en serie, pero no es así ya que tienen muchas formas de hacer daño sutilmente. Lo perturbador es que el psicópata es capaz de entender cómo las personas sienten o piensan, para manipularlas. Puede adivinar cómo van a actuar y esto les da ventaja para seducir y engañar.
El psicópata no nace, sino que se hace a sí mismo a lo largo del tiempo a partir de la influencia e interacción de diferentes factores biológicos, sociales, ambientales, genéticos, psicológicos y neurológicos. La respuesta está en la suma de todos estos factores y en las experiencias o traumas vividos durante su infancia y adolescencia en su ambiente familiar, escolar y en su entorno social.
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