Queridos trastornos


Los trastornos mentales están más presentes en nuestras vidas de lo que parece.

El TDAH, los TCAs, la ansiedad, la depresión o la distimia, el Trastorno Bipolar, el TOC...

¿Cuál es el problema? Que nos lo tomamos muy a la ligera; ¿Cuántas veces me ha tocado escuchar a alguien decir que tiene depresión por "llevar unos días super triste"? o el típico "no hagas eso que me da TOC". Normalicemos dejar de mirar mal a la gente que va al psicólogo o que sabemos que está en un proceso duro: eso debemos normalizar. Un trastorno te cambia la vida y te la marca totalmente: cambia tus hábitos, tu forma de ver la vida, tus relaciones tanto de pareja como con amistades o familiares, incluso la relación con uno mismo. Afecta a tu rendimiento ya sea académico o en el trabajo, ves la realidad de formas distorsionadas y desde ese momento ya nunca vuelves a ser el mismo.

Todos sabemos lo difícil que es ayudar a una persona en un momento así, pero estas personas no piden que hagamos de psicólogos personales, nos piden simplemente apoyo, que entendamos que a veces no sean capaces de levantarse de la cama o de seguir de fiesta porque la pila social se les acaba. Debemos apoyarlos y animarlos en el momento oportuno y sobre todo, nunca juzgarlos o tomarlo como si no fuera para tanto. 

Si eres una persona que está pasando por algo así debes saber que lo más importante es la paciencia. Los procesos psicológicos toman tiempo y la evolución NUNCA va a ser lineal, siempre hay altibajos y momentos de retrocesos. Nunca vas a estar solo, encuentra ese apoyo seguro, con quien sientas que puede hacerte bien al 100%. Apóyate en lo que te haga mantener el cerebro ocupado y en caso de no saber qué, prueba distintos hobbies que te llenen. Ejercicio: parece estúpido pero te ayuda más de lo que crees, es algo indispensable y lo primero que recomiendan en momentos malos.

Y recuerda, que estar mal es totalmente válido, no te culpes de lo que sientas.





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