¿Quién no ha conocido alguna vez en su vida a una persona que le de pánico los escenarios o le de pánico realizar ciertas acciones cotidianas? Este miedo es diagnosticado como trastorno del pánico. ¿Alguna vez ha tenido ataques repentinos de ansiedad y temor abrumador que duran varios minutos? Tal vez el corazón le late rápidamente, comienza a sudar y siente como si no pudiera respirar o pensar. ¿Estos ataques ocurren en momentos impredecibles sin ningún factor desencadenante obvio, llenándole de inquietud de que pudiera tener otro en cualquier momento? Si es así puede tener el trastorno de ansiedad denominado trastorno de pánico.
Los ataques de pánico son característicos por temor a los desastres o miedo a perder el control. Estos ataques pueden ocurrir en cualquier momento, la persona puede sentir que su corazón se aceleré o comience a sentir que le falta la respiración. Es posible que debido a este trastorno puede llegar a avergonzarse o desanimarse por no ser capaz de realizar acciones normales. Este trastorno puede comenzar en la adolescencia o principios de la adulta, pero debemos tener en cuenta que no todo el mundo que tenga ataques de pánico tendrá este trastorno.
Como diferencias a las personas con trastorno de pánico: ataques repentinos de pánico con ansiedad y miedo abrumador, sensación de estar fuera de control, síntomas físicos durante un ataque de pánico como temblores, escalofríos, náuseas etc. Preocupación de cuando ocurrirá el próximo ata que y miedo a ir a lugares donde anteriormente ha sucedido ataques de pánico. Primeramente cabe recordar que este trastorno debe ser detectado por un médico. Este trastorno se trata con psicoterapia que enseña al paciente diferentes formas de pensar, comportarse y reacciones ante las diferentes situaciones, otro método es la medicación.
En mi opinión, al igual que en la depresión es fundamental estar pendiente de la persona y que esa persona sienta que la apoyas y la entiendes, pero recordar, sin llegar agobiarla. Aconsejable que en este tipo de situaciones sepamos cómo reaccionar ante este tipo de situaciones, por ejemplo si una persona se siente abrumada es aconsejable alejar a la persona del lugar y llevarla a un espacio al aire libre para que se tranquilice, una vez esa persona se sienta preparada volver a enfrentar la situación acompañada y con más calma.
Advertencia: Este contenido está basado en datos y experiencias personales, cualquier consulta o duda acudir al médico.
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